"Los gladiadores tenían buen alojamiento, estaban bien alimentados y no se les hacía trabajar en exceso, cosa que solía ser así en la mayoría de las escuelas de gladiadores, pues éstas no eran prisiones. Los hombres entraban y salían a su antojo a menos que tuvieran un combate en perspectiva, en cuyo caso se esperaba que permanecieran en la escuela, que se mantuviera sobrio y que entrenasen a fondo antes del combate, ningún hombre que poseyera gladiadores quería ver cómo mataban o mutilaban en la arena su costosa inversión.
El combate de gladiadores era un deporte muy popular que tenía muchos espectadores, aunque no era una actividad de circo y requería un local más pequeño, como el mercado de una ciudad. Era una tradición que los hombres ricos que sufrían la pérdida de un familiar celebraran unos juegos funerarios en memoria del pariente difunto, y éstos consistían en combate de gladiadores. Alquilaban a los combatientes en alguna de las muchas escuelas de gladiadores, y normalmente contrataban entre cuatro y cuarenta parejas, por las que pagaban abundantes cantidades de dinero. Los gladiadores iban a la ciudad, luchaban y regresaban a la escuela. Y al cabo de seis años o de treinta combates se retiraban una vez cumplida su sentencia. Tenían asegurada la ciudadanía, generalmente habían conseguido ahorrar algo de dinero y los que eran realmente buenos se convertían en ídolos del público cuyos nombres se conocía en toda Italia."

César, Colleen McCollough. Pág. 295-296

Esta transcripción de la novela de McCollough pretendo difundir un conocimiento más acertado sobre los gladiadores, pues conversando con la gente común he notado que rondan muchos mitos al respecto.

Comentarios

Entradas populares